En el mundo de la construcción y la industria, las palabras hidrófugo e impermeable se utilizan a menudo como características de los materiales.
Ambos términos hacen referencia a la capacidad que tiene un material de tener resistencia al agua, pero existen unas diferencias clave que son importantes y se deben conocer antes de trabajar con ellos.
En este artículo, vamos a explicar qué es un material hidrófugo o impermeable, sus principales diferencias y qué tipo de material es mejor según el tipo de construcción.
¿Qué es un material hidrófugo?
Un material hidrófugo es aquel que repele el agua a lo largo de toda su superficie, siendo difícil que el agua penetre dentro del material.
Si nos centramos en qué significa hidrófugo, es una palabra que proviene del latín y que significa “hidro” (agua) y “fugere” (huir), lo que hace referencia a que el agua “huye” de este material. Los materiales hidrófugos no permiten que el agua penetre con facilidad, pero a largo plazo, la humedad o determinadas condiciones extremas pueden alterarlo.
Esto significa que un material hidrófugo puede resistir a salpicaduras de agua o a una exposición leve de humedad, pero no a largos períodos de tiempo ni a una inmersión prolongada, ya que el agua podría llegar a traspasar el material.
En la construcción, para que un material sea hidrófugo se le aplica un tratamiento químico, que no deja membrana y que es incoloro.
Un ejemplo sencillo serían los muebles, que en muchos casos se fabrican con materiales hidrófugos para que no se estropeen, y aunque se humedecen en los momentos de limpieza, al ser una exposición breve no hay ningún problema de penetración de agua al material.
¿Qué es un material impermeable?
Un material impermeable es aquel capaz de bloquear la penetración del agua, sin importar la duración o la condición en la que se encuentren. Este tipo de materiales llevan una membrana que los recubre por completo y que le da ese “efecto” impermeable.
Los materiales impermeables se utilizan en todo tipo de industrias y sectores, desde paredes o techos en situaciones de humedad hasta telas como la de los trajes de neopreno. Un ejemplo muy claro son los materiales con los que se fabrica un submarino o una construcción subterránea, que necesita que el agua no penetre el material de ninguna manera y que perdure la impermeabilidad a lo largo del tiempo.
A diferencia de un material hidrófugo, el material impermeable es resistente al agua aunque esté expuesto durante largos períodos de tiempo.
Diferencias entre material hidrófugo e impermeable
Aunque ambas propiedades están relacionadas con la capacidad que tiene un material de resistir al agua, existen unas diferencias clave que vamos a explicar a continuación:
Capacidad de protección
La principal diferencia entre hidrófugo e impermeable es la capacidad de protección que tienen respecto al agua. Un material hidrófugo puede repeler gotas de agua, soportando una pequeña lluvia o el contacto con el agua en un leve período de tiempo, mientras que un material impermeable bloquea la penetración del agua sin importar el tipo de condición externa.
Un material impermeable se utiliza en casos concretos donde se requiere una barrera constante contra el agua.
Durabilidad
Los materiales hidrófugos suelen tener una menor durabilidad que los materiales impermeables, por lo que puede ser necesario tener que repetir el tratamiento hidrófugo cuándo haya pasado un tiempo.
Sin embargo, el material impermeable está diseñado para tener una larga durabilidad y no es necesario repetir el tratamiento con el tiempo.
Diferentes usos
Al tener esa gran diferencia en la capacidad de protección del agua, sus usos y aplicaciones también son diferentes.
Un material hidrófugo se utiliza en casos dónde no se requiere que la protección contra el agua sea absoluta, como puede ser el caso de los muebles de interior, algunos tejidos o en el sector de la construcción para revestimientos.
Es diferente el material impermeable, que se utiliza cuándo se necesita una gran protección contra el agua durante un tiempo indefinido. Algunos ejemplos son: la impermeabilización de techos o sistemas de aislamiento en el sector de la construcción, o botas de agua en el sector textil.
Resistencia a la presión
Un material hidrófugo no está preparado para resistir a la presión del agua, ni siquiera en pequeña cantidad. Estos materiales no están preparados para ser sumergidos.
Es el caso contrario, el material impermeable sí puede resistir la presión del agua y además está diseñado para poder ser sumergido y no resultar alterado.
Acabados
Tanto la aplicación como el acabado es diferente de un tipo de material a otro. Un material hidrófugo es incoloro y se aplica como un tratamiento químico que no deja ningún residuo.
Por otro lado, un material impermeable se consigue gracias a la aplicación de una membrana que actúa como barrera contra el agua. Esta membrana puede tener diferentes acabados y colores.
Coste
Teniendo en cuenta que un material impermeable es completamente resistente al agua y tiene una mayor durabilidad, su coste será menos económico a diferencia de un material hidrófugo.
Por ello, es importante valorar bien el tipo de construcción y material necesario para saber si se debe usar hidrófugo o impermeable.
¿Es mejor un material hidrófugo o impermeable?
No existe un tipo de material mejor que otro, ya que sus características y aplicaciones son diferentes, no se tienen que emplear para el mismo objetivo.
Un material hidrófugo es más económico y puede ser útil en determinadas situaciones donde el material no se verá muy expuesto al agua o la humedad, mientras que el material impermeable es más específico para situaciones donde se requiere la máxima protección contra el agua.
